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Sobre barcos, genocidios, saqueos y resistencias: Argentina originaria, el libro de Darío Aranda editado por lavaca

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¿Cuáles son las continuidades de las prácticas genocidas contra los pueblos indígenas de Argentina, más acá de discursos negacionistas? ¿Qué relación hay entre la brutalidad del modelo económico extractivo y la defensa de los derechos de los pueblos originarios? A partir de estas preguntas, el periodista Darío Aranda escribió el libro Argentina Originaria, editado por lavaca en 2010 y cada vez más vigente, que recorre un largo camino que cruza la historia de la impunidad y el mapa de los conflictos que afectan a las comunidades de todo el país, aquellas que no descienden de los barcos. El resultado es una investigación periodística a partir de recorrer los territorios. Compartimos el comienzo como una forma de alentar el debate y la lectura de la verdadera historia que se pretende ocultar.

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Sobre barcos, genocidios, saqueos y resistencias: Argentina originaria, el libro de Darío Aranda editado por lavaca

Sobre el autor

Darío Aranda (1977) estudió periodismo en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Desde hace diez años trabaja junto a comunidades campesinas e indígenas en talleres de periodismo y comunicación social. Es colaborador del diario Página 12, en el cual publicó las investigaciones que dieron origen a este libro. Su trabajo ha puesto el foco en cómo impacta el modelo económico extractivo (soja, minería, petróleo, pasteras) en las poblaciones rurales.

Así comienza Argentina Originaria:

Dar testimonio

El referente wichi de Tartagal desconfía del periodista. Lo deja hablar, explicar, preguntar, pero no le responde. Mira hacia el horizonte, piensa, silencia. No arriesga palabra.

A 3.000 kilómetros de distancia, el werken (vocero) mapuche mira a los ojos, altivo, desafiante, y se muestra distante. Duda si aceptar la entrevista.
Los distintos pueblos indígenas tienen la historia común de blancos con promesas incumplidas, intentos de sometimiento, muertes, despojos, resistencias.

Desconfían del periodismo. Tienen experiencias de engaño, en las que lo escrito es lo contrario de lo dicho, siempre a favor del político, el estanciero o el empresario. O en las que su voz ni siquiera es citada. Identifican al periodismo como aliado del poder de turno, socio del modelo extractivo que los acorrala, desaloja, quita alimentos, condena.
Los pueblos indígenas no están en la agenda diaria de los grandes medios de comunicación. Se oscila entre la negación del tema («en Argentina no hay indígenas») y mostrarlos como el pasado salvaje, y esporádicas apariciones en las que son destinatarios de caridad, limosnas, donaciones que nunca buscan cuestionar las causas de la postergación histórica. Otra práctica mediática consiste en mostrar a las comunidades indígenas como un hecho folklórico, haciendo eje en sus vestimentas, costumbres, comidas. Epicentros de las notas «de color», esa forma de escribir que rara vez los considera como actores políticos y sociales con demandas legítimas y derechos incumplidos.
Los grandes medios de comunicación sí dan cuenta de manera recurrente del autoproclamado «campo argentino». Diarios, canales de televisión y radios son espacios de propaganda del modelo agroindustrial. Decenas de periodistas propagan las bondades del monocultivo de soja; empresarios y compañías internacionales -con la venia de gobernantes- son exhibidos como la salvación del país. Un gran aparato mediático que muestra como único sólo a un sector de la geopolítica rural.

La realidad de las comunidades indígenas desmiente a la publicidad empresaria. Desalojos violentos, desmontes, inundaciones y sequías, intoxicaciones con agroquímicos, pobreza. El costo social, sanitario, ambiental y económico del modelo agrario.

La prensa comercial no se refiere a esa realidad. Mezcla de intereses económicos, flexibilización laboral, periodismo de escritorio y desinterés.

En contraposición, la temática indígena y campesina es eje central de los medios y las redes sociales de comunicación comunitaria. Indymedia, Copenoa, Azquintuwe, Contrapunto. Todas referencias de periodismo profesional, de calidad y compromiso, que da cuenta del campo negado e intenta sobrepasar el círculo de académicos, militantes, oenegés y entendidos en la materia.

Los pueblos indígenas son pioneros. Contaban con un dios mucho antes de que la Iglesia católica pisara lo que hoy es Argentina. Tenían formas de gobierno antes de que se instaurara el Virreinato del Río de la Plata. Y se regían por leyes propias mucho antes de que el país tuviera su primera Constitución Nacional.

Padecieron campos de concentración antes que el pueblo judío.

Conocieron torturas y secuestros de bebés antes de la dictadura argentina de 1976.

Y defienden el territorio y los bienes naturales desde mucho antes que se comenzara a hablar de ecología.

Argentina exporta naturaleza. Envía al exterior cultivos industriales, petróleo, minerales, pasta de celulosa. Deja en el país sequías, inundaciones, aguas contaminadas, tierras empobrecidas, drenajes ácidos, extinción de especies, pérdida de soberanía alimentaria.

En la década del 90 se creó el entramado jurídico para el avance de esas industrias. Durante los últimos veinte años los sucesivos gobiernos protegieron, incentivaron y promocionan el modelo extractivo, basado en exportar naturaleza. «Bienes comunes» dicen los intelectuales. «Recursos no renovables» llaman los economistas. «Nuestra vida» explican los pueblos ancestrales.

El crecimiento y la consolidación de organizaciones indígenas es una respuesta a ese modelo que avanza sobre territorios comunitarios. Los pueblos originarios mantendrán su resistencia, interpelando al Estado, la dirigencia política y la sociedad toda. Los medios de comunicación, y los periodistas, tendrán el desafío y la oportunidad de elegir, una vez más, entre dar testimonio o silenciar a la Argentina Originaria.

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Córdoba en catástrofe: el presupuesto nacional incendiado y lo que plantea la comunidad para defenderse

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Nueva jornada de incendios en Córdoba mientras el gobierno nacional alardea de su rechazo a la agenda contra la crisis climática y la ministra Bullrich le manda whatsapps a una periodista afectada. El presupuesto incendiado: de enero a julio de este año se registraron 1.425 incendios forestales en todo el país, 764 más que en el mismo período de 2023. Sin embargo, el presupuesto nacional para enfrentar estos desastres es un 43,8% menor al del año pasado. La situación actual, los reclamos para que Nación al menos abandone la indiferencia frente al desastre y la contracara: las sugerencias de brigadistas forestales que plantean cuidarse de la “infoxicación” y “conectar con la grupalidad comunitaria para accionar en tareas o actividades colaborativas que surgen de la necesidad colectiva”.

Por Bernardina Rosini, desde Córdoba

Es lunes y la actividad se reinicia para la mayoría de los habitantes en Córdoba Capital como si la provincia no estuviera asomada el infierno. Como si kilómetros más allá los vecinos de las localidades de Villa Berna, San Esteban, Los Cocos, Capilla del Monte y demás pueblos aledaños no estuvieran rogando que el fuego ceda y pueda ser aplacado.

Córdoba en catástrofe: el presupuesto nacional incendiado y lo que plantea la comunidad para defenderse

Que el viento sur se mantenga, que baje la temperatura. Y quienes ejercitan más la fe ruegan para que alguna lluvia sorprenda. 

Es el sexto día de este dragón de fuego en el territorio cordobés. En este momento se contabilizan cuatro focos activos: San Marcos Sierras, Villa Berna, Chancaní y Ascochinga. 

El incendio que se inició el miércoles 18 en San Esteban y que luego llegó a Capilla del Monte, ahora está anclado en el margen norte del Río La Granja y los esfuerzos se concentran en proteger esta localidad. Por ahora el fuego no avanza hacia zonas pobladas gracias a los esfuerzos de brigadistas y bomberos.

16.000 hectáreas quemadas

Este lunes en Ascochinga y La Granja no hay clases “por salud y seguridad de la comunidad educativa pero también para dar prioridad de tránsito de vehículos de emergencia por las rutas” informaron autoridades locales. El intendente de la municipalidad de Córdoba Daniel Passerini instruyó al gabinete municipal para que se ponga a disposición del Ministerio de Seguridad y quienes dirigen el operativo de lucha contra el fuego. “Desde el Municipio se han enviado varios camiones cisterna de apoyo logístico, mientras que a través del Ente Municipal BioCórdoba se concretó el traslado de profesionales para el resguardo y atención de animales de las zonas afectadas, con equipos y medicamentos” anuncian los canales oficiales de la capital. 

Córdoba en catástrofe: el presupuesto nacional incendiado y lo que plantea la comunidad para defenderse
La postal de las sierras: humo de día, fuego de noche.

El panorama es trágico: al domingo se contabilizan 16.000 hectáreas quemadas a pesar de los 700 bomberos y bomberas movilizados, la acción de las brigadas forestales, los 7 aviones hidrantes y los 6 helicópteros que actúan sin descanso.

En las declaraciones del fin de semana el gobernador Martín Llaryora –sin dar mayores detalles– mencionó el “apoyo de aeronaves y pilotos provenientes de la provincia de Buenos Aires y Santiago del Estero”. Chubut anunció que 32 miembros de la Brigada Nacional Sur de Las Golondrinas partieron desde esa localidad para sumarse a la lucha contra el fuego en la provincia mediterránea.

No hay pacto para el futuro

Por otra parte, el silencio del gobierno nacional se quebró con las declaraciones de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que desde Estados Unidos y mediante un audio de whatsapp enviado a la periodista Mercedes Ninci expresó: “El fuego está fuerte y estamos haciendo todo lo posible”. Y completó: “Lo que sucede es que tenemos el pasto muy seco que se convierte en basura y eso se quema y genera chispas muy grandes, enormes. Y hay viento y mucho calor” sintetizando el reporte de situación en la mención de estos componentes y dirigiéndose no a la ciudadanía sino a una periodista afectada.

En cuanto al presidente Javier Milei, se prepara para hablar este martes 24 en la 79° Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Sin embargo la canciller cordobesa Diana Mondino anticipó la posición argentina y confirmó que el país no firmará el denominado Pacto por el Futuro 2045, que se trata de la continuidad cronológica de la Agenda 2030 para el Desarrollo planteada por las Naciones Unidas.

La extensión al año 2045 de las líneas maestras en seguridad, cambio climático y derechos humanos logró la adhesión de la mayoría de los 193 Estados miembro de la ONU, entre ellos EEUU, Brasil, India, Israel y la Unión Europea y la Argentina está en el reducido grupo de países que rechazaron el proyecto, junto a Irán, El Salvador, Venezuela y Corea del Norte.

El gobierno nacional ratifica su descreimiento sobre la agenda climática ante la comunidad internacional mientras la provincia de Córdoba arde por quinto año consecutivo y más de 150 organizaciones civiles se movilizan por la declaración de emergencia nacional bajo el lema #FuegoCero “ante la catástrofe de dimensiones históricas y daños irreparables por los incendios, sumados a las condiciones intensificadas por el cambio climático, consideramos que se debe solicitar mayor colaboración de la Nación” según señala el comunicado de la organización.

Derogaciones y confusiones

En el marco de los incendios, fueron publicados varios análisis de las normativas ambientales y del manejo del fuego, sin embargo es importante aclarar que la Ley de Manejo del Fuego (N° 26.815/12 y su modificatoria N° 27.604/20) no fue derogada ni por el mega DNU ni por la Ley Bases. Si bien la derogación estaba contemplada en la primera versión del proyecto de ley, no logró pasar por el Congreso. 

En cuanto a la segunda versión de la Ley Bases, se excluyó todo el capítulo ambiental debido a que todos los dictámenes en disidencia o minoría de la primera versión rechazaban las derogaciones o modificaciones de las regulaciones ambientales.

Con respecto al  fideicomiso para la administración del Fondo Nacional de Manejo del Fuego, tampoco fue eliminado, de hecho el pasado 13 de septiembre fue publicado en el Boletín Oficial que la “Subsecretaría de Ambiente será la autoridad de aplicación del Fideicomiso Financiero y de Administración para la administración del Fondo Nacional del Manejo del Fuego, cuyo Comité Ejecutivo estará integrado por el Vicejefe de Gabinete del Interior, el Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes y el Secretario de Coordinación Legal y Administrativa de la Jefatura de Gabinete de Ministros”.

Incendiando el territorio y el presupuesto

Mientras los incendios continúan arrasando el territorio cordobés, los números evidencian una cruda realidad: la falta de recursos destinados a prevenir y combatir estas catástrofes es alarmante.

De enero a julio de este año se registraron 1.425 incendios forestales en todo el país, 764 más que en el mismo período de 2023. Sin embargo, el presupuesto nacional para enfrentar estos desastres es un 43,8% menor al del año pasado. El ajuste a las partidas de Manejo del Fuego y Servicio Nacional de Manejo del Fuego se tradujo en una drástica reducción de las horas de vuelo previstas para las tareas de control y combate del fuego, pasando de 5.100 a 3.100 horas, en base a previsiones meteorológicas optimistas que no contemplan la realidad local.

Pero si las partidas son reflejo del ajuste, la ejecución del presupuesto asignado al manejo del fuego es reflejo de la indiferencia oficial. Durante el primer semestre de 2024, solo se ejecutó el 26,7% de los recursos destinados a esta área, muy lejos del 78% registrado en el mismo período de 2023. Los costos de la inacción se miden en vidas, biodiversidad y comunidades devastadas. El Estado es responsable.

La contracara: el cuidado

Se abrazan en ronda, se agradecen y se animan en grupo: “¡Hoy le vamos a dar, vamos que hoy lo cerramos!”. Las jornadas son extenuantes.

No olvidan la importancia de mantenerse en contacto, pero en el sentido profundo de la palabra. La brigada forestal de La Granja comparte en sus redes recomendaciones para el cuidado de la salud mental y emocional ante la cercanía del fuego:

  1. ESTAR CERCA. ¿De quién? Primero de nosotros mismos, de nuestras sensaciones, sentimientos, pensamientos y emociones. Y estar cerca de otras personas, acudir a nuestras redes de sostén y vínculos (familiares y/o comunitarios) No quedarse en la emoción individual sino intentar encontrarnos y compartir!
  2. OBSERVAR Y CHEQUEAR a las infancias, adolescencias y también a personas mayores. Para contener y acompañar. Preguntarnos y preguntar ¿Cómo estamos? ¿Qué necesitamos?
  3. Recordar que no somos héroes ni heroínas por lo que no es necesario forzar fortaleza y SÍ ES NECESARIO abrazar y abrazarnos en la sensibilidad.
  4. Cuidar y cuidarnos de “INFOXICACION” (exceso de información) Informarse sí, desde fuentes seguras. Evitar la sobre exposición a; * Imágenes, sobre todo en redes sociales (que tienen un fuerte impacto emocional) *Mensajes confusos (que puedan generar o aumentar la angustia).
  5. PRESTAR ATENCIÓN cuidando de no entrar en desesperación. Conectar con la GRUPALIDAD COMUNITARIA para accionar en tareas o actividades COLABORATIVAS que surgen de la necesidad colectiva ante la situación presente.
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Incendios en Córdoba: zona de catástrofe 

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La provincia se encuentra en “estado de alerta ambiental” y varias localidades ya fueron catalogadas como “zona de catástrofe” ante la multiplicación de focos de incendio: al menos 12 mil hectáreas en el departamento de Calamuchita y otras 4 mil de la reserva natural de La Calera fueron consumidas por el fuego. Apenas dos dimensiones de lo que se muere cuando avanza la especulación, la desidia, el modelo extractivo y el cambio climático, y se retira el Estado. Qué está pasando en Córdoba como un microclima de la región, que registra la mayor cantidad de focos de incendio desde hace 26 años.

Por Bernardina Rossini desde Córdoba. Fotos y videos de @brigadachiviquin

Córdoba arde. Se suceden las escenas de espanto; le siguen paisajes de desolación, y cifras de aquellas pérdidas que habilitan el recuento: ¿qué se pierde? Y la pregunta: ¿qué está pasando? Villa Berna, Intiyaco y Los Cocos son las localidades donde bomberos y brigadistas trabajan intensamente en este momento, midiendo el comportamiento del viento, sin pronóstico de lluvia a la vista.

El recuento

El fuego que devora la zona de Capilla del Monte comenzó el miércoles 18 en el pueblo vecino de San Esteban; trepó implacable por el cerro Las Gemelas y, “durante la madrugada del viernes descendió agresivamente hacia Capilla del Monte”, según describió Fabricio Díaz, intendente de la localidad, tras haberse evacuado con su familia, al igual que otras 60 personas.

Este relato corresponde a uno de los tantos focos activos a la fecha, pero la ola de fuegos comenzó mucho antes: el 2 de septiembre, en Villa Yacanto, departamento de Calamuchita, se desató un incendio que en 48 horas recorrió 86 kilómetros, consumió 12.600 hectáreas y dejó a su paso más de 20 viviendas afectadas. Simultáneamente hubo 14 focos más en distintos puntos de la provincia. Apenas tres días después, el jueves 5, otro incendio arrasó con un tercio de la reserva natural militar de La Calera: 4 mil hectáreas de monte nativo preservado. 

El gobernador Martín Llaryora se presentó en la zona afectada del norte de Punilla junto con el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, y el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros. Allí anunció la declaración de “zona de catástrofe” y que el gobierno provincial será querellante en la investigación que busca determinar las causas del fuego. Al unísono con el ministro de Seguridad Quinteros, hablaron de “todo el peso de la ley” para quienes provocan los incendios y a la necesidad de “revisión de las escalas penales existentes”. Quinteros añadió que “el 99% de los incendios forestales son ocasionados por el hombre”, un mantra repetido ante cada emergencia ígnea. 

Esta postura política parece estar centrada en mantener la narrativa de los incendios forestales como un problema de seguridad, aislándola de la problemática ambiental. 

iMÁGENES TOMADAS DESDE LA RUTA, EN LA ZONA DEL DEPARTAMENTO DE CALAMUCHITA, UNA DE LAS MÁS AFECTADAS.

La negación 

El 24 de mayo pasado  el gobierno de Córdoba declaró el estado de alerta ambiental por riesgo de incendios hasta el 31 de diciembre, prohibiendo el encendido de cualquier tipo de fuego y toda actividad que pueda iniciar incendios en tierras públicas de la Provincia. Esta resolución advierte que, durante otoño e invierno, la sequía se agrava con heladas tempranas y olas de calor recurrentes, afectando especialmente a las zonas serranas y agro-ganaderas. 

A pesar del estado de alerta declarado, se investiga la responsabilidad de las fuerzas armadas en el incendio de la reserva de La Calera de quienes se presume negligencia ya que habrían realizado prácticas de tiro en un lugar de alto riesgo de incendio, incluso habiendo sido advertidos tan solo unos días antes: “Fuimos a evaluar el lugar y les dijimos: ‘Saquen los blancos de acá y tiren en otro lado porque van a hacer cagada’. Dos días después se incendió todo el sector. Fueron negligentes”, contó un bombero a medios locales.

A pesar del reconocimiento de inicios de fuego accidentales o negligentes, no se puede obviar que los incendios forestales son una consecuencia directa de la convergencia de factores como la sequía extrema, las altas temperaturas exacerbadas por el cambio climático y la mencionada intervención del ser humano que implica un arco que va desde la negligencia, quemas ilegales, a la falta de planificación territorial y la especulación inmobiliaria. 

En este contexto, resulta paradójico que hace apenas dos semanas y en medio de la racha incendiaria, el gobernador presentó la creación del Gabinete Provincial de Cambio Climático, un órgano liderado por el Ministerio de Ambiente y Economía Circular, que tiene como función principal desarrollar e implementar el Plan Provincial de Respuesta al Cambio Climático (PPRCC). Sin embargo el flamante gabinete no emitió ningún comunicado ni ha mostrado gestión alguna frente a una situación reconocida como catastrófica. Tampoco la ministra de Ambiente Victoria Flores visitó las zonas afectadas, evidenciando la falta de articulación entre las políticas ambientales y la realidad de la provincia.

El alto de las llamas, alimentado por la sequía. Un informe provincial había previsto que esto sucedería, pero no se tomaron medidas.

Incendios récord 

Córdoba se inscribe en una problemática regional: los incendios que estuvieron afectando desde la selva amazónica en Brasil hasta los bosques secos de Bolivia las últimas semanas, establecieron un nuevo récord anual para la región. Según datos de satélite analizados por la agencia brasileña de investigación espacial Inpe, se registraron 346.112 focos de incendio en lo que va de año en Sudamérica, superando el récord de 2007 de 345.322 focos, registro de datos que se remonta a 1998. Es decir, la mayor cifra en 26 años.

Las predicciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente no son alentadoras: anticipan que los incendios extremos podrían aumentar hasta un 14% para 2030, un 30% para 2050 y un 50% para fines de siglo y no sólo se espera mayor nivel de ocurrencia sino de mayores magnitudes. Según el informe “Propagándose como un incendio forestal: la creciente amenaza de incendios excepcionales en paisajes” el factor clave en la intensidad de los incendios forestales es la temperatura de la superficie. Dice: “Al intensificar su principal factor impulsor, el calor, el cambio climático causado por el hombre aumenta los incendios forestales. Por tanto, el calor del cambio climático seca la vegetación y acelera la quema”. 

La Secretaría de Gestión de Riesgo Climático y Catástrofes, dependiente del Ministerio de Ambiente de la provincia, publicó en julio su segundo informe en el año, llamado “Áreas afectadas por incendios forestales”. Allí anticipa que para los meses de agosto y septiembre “se espera un contexto mayormente seco en todo el territorio provincial”.  Este contexto, a pesar de ser alertado con meses de antelación, no parece haber ayudado: los ecosistemas arden y las comunidades afectadas se enfrentan a un escenario devastador, sin un plan de contingencia visible que ofrezca alguna esperanza de control, mitigación o recuperación.

Movilizaciones en la paz, bolivia, para visibilizar el tema de los incendios y reclamar medidas urgentes: la voz de una joven que se viralizó en redes.

Hace una semana cientos de personas se manifestaron en La Paz, Bolivia, para exigir medidas contra los incendios, portando pancartas que decían “Bolivia en llamas” y “Bolivia se nos quema, es hora de actuar”. “Por favor, dense cuenta de lo que está pasando en el país, hemos perdido millones de hectáreas” lloraba una mujer mirando a cámara “millones de animales han muerto quemados”. El dolor y los ruegos de los afectados son comunes.

Córdoba arde como un microcosmos de una problemática que ya no es distante ni ajena. 

El fuego se extiende. 

Y la combinación de sequías extremas, políticas ambientales insuficientes y recortes presupuestarios no parecen augurar un futuro mejor.

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El Día del Jubilado, entre comer y comprar la medicación

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Hoy jubiladas y jubilados convocaron a Plaza de Mayo en su día. La efeméride es otra excusa para movilizarse contra la política de hambre impulsada por el gobierno, en una semana donde se movilizaron también el miércoles, día en el que fueron gaseados por la Policía. Vienen de realizar dos marchas históricas contra el veto, y siguen convocando todos los miércoles en Congreso a las 15.30 horas.

Realizaron una radio abierta que se convirtió en un noticiero de época: desfilaron trabajadores aeronáuticos en pleno conflicto por Aerolíneas, trabajadores de Fate, SUTNA, docentes y estudiantes universitarios, representantes sindicales y de organizaciones sociales. Los factores comunes: el hambre, la deuda, la unidad, y la lucha de los y las jubiladas como el camino a seguir.

Por Franco Ciancaglini

20 de septiembre en Plaza de Mayo. Miles de personas se reúnen por el Día del Jubilado, una fiesta sin “nada que festejar” (según rezan varios carteles) organizada por decenas de organizaciones de jubiladas y jubilados que vienen realizando distintas acciones contra las políticas del gobierno nacional, la inacción del Congreso y de las centrales sindicales.

Hoy invitaron a decenas de representanes de organizaciones sociales y sindicales que tomaron el micrófono ante media Plaza de Mayo. La radiografía que trazan estas personas en el Día del Jubilado es la de un país empobrecido que se debate entre estrategias de unidad de distintos sectores, en la que la causa de las y los jubilados encuentra un punto de unión: “Estamos acá para que sepan que no nos resignamos a que nos empobrezcan. No queda otra que organizarnos para enfrentar este proyecto de sumisión y dependencia. Me siento conmovido de ver cómo estamos creciendo”, dirá Jorge de Jubilados Insurgentes, que está desde las primeras marchas, cuando no sobrepasaban la veinteina. “Fuerza, hasta que las organizaciones sindicales y sociales no se despierten, no paramos”, le responde una docente del gremio Ademys que lo escuchaba hablar, y que remata: “Hasta el Argentinazo”.

La idea del Argentinazo, o del Jubilazo, se repite entre quienes toman el micrófono en la Plaza y quienes escuchan abajo. Dibujan así a una posible o necesaria confluencia de luchas de distintos sectores en las calles, en lugares de trabajo, y en esta Plaza.

Osvaldo es jubilado de Lomas de Zamora: “Hoy escuchamos a los compañeros de Aerolíneas, de SUTNA, de ATE – que tienen miles de despedidos-, de los comedores, que hace 9 meses no les llevan de comer a millones de trabajadores precarios”. ¿Conclusión? “Estamos todos en la misma”. ¿En cuál? “Hoy en los barrios de Lomas de Zamora se come salteado y mal. Necesitamos que esa unidad que hemos empezado a construir empiece a dar frutos. Tengamos paciencia y reclamemos para arriba para que todos terminemos luchando juntos contra el mismo enemigo: el Fondo Monetario Internacional y los monopolios de Argentina”.

El tema del hambre es otro de los factores comunes. “El déficit cero es hambre”, sintetiza un cartel. Luego, Silvia del Movimiento 19 y 20 de diciembre lo precisará respecto a lo que pasa en los márgenes: “Muchos tienen que elegir entre comer y pagar los medicamentos, y otros no pueden ninguna de las dos cosas: esos son los que vienen a comedores. Tenemos comedores llenos de jubilados. Los alimentos que retienen son también de los jubilados que no llegan a la canasta básica”.

Como dirigente social, Silvia hablará luego ante la Plaza y les dedicará un agradecimiento a las y los jubilados, un mimo en su día: “Les quiero agradecer porque los compañeros tenían miedo de salir a la calle, porque la posibilidad de quedar en cana hoy es grande pero cuando los vieron a ustedes, les pudimos decir: luchen como jubilados, luchen como jubiladas”.

Otro de los temas recurrentes: la deuda externa. “Estamos preocupados en pagar una deuda que no es nuestra. Aquí decimos la vida está adelante”, dice otra de las oradoras. “Se está pagando con el hambre de los comedores, con el hambre de los trabajadores, con la explotación de nuestros recursos. Acá tenemos que seguir contra cualquier gobierno”.

Nancy Yulan fue una de las jubiladas reprimidas durante las marchas de los miércoles, que tuvo que ser socorrida porque se descompensó. Hoy estaba de pie en la Plaza, con la Casa Rosada de fondo, que no pareciera haberla amedrentado: “A este ultraderechista, fascista de Milei, le decimos: paso a paso, ¡se viene el Jubilazo!” comienza cantando y con ella, toda la media Plaza. “A las centrales obreras, a la CGT; a las dos CTA, al peronismo, les decimos: rompan la tregua con Milei. Pásense del lado del pueblo”. Aplausos.

Roberto, de la Asamblea de Devoto, dice desde abajo: “No somos solo nosotros: un millón de niños se van a dormir sin comer. Esta es la repetición de modelo de la dictadura. Para derrotar a este gobierno hay que unificarse. Estoy consternado de ver a la CGT dormida, ¿qué hacen?”

-Van al Vaticano

-Pasean por Roma

Responden sus compañeros de la asamblea que lo escuchaban. Otros opinan que ese “gesto” papal significa algo en medio de la nada. El qué está por verse.

Tal vez sea otro de los temas comunes en los discursos, resumidos en la palabra “unidad”. Nora Biaggio, del Plenario de Trabajadores Jubilados, dice: “Yo los veía luchar cuando yo era trabajadora, y ahora soy jubilada como ustedes: hemos unido generaciones de lucha, hemos unido organizaciones de izquierda, con centristas, de jubilados que todavía siguen creyendo en el peronismo. Y hoy estamos acá, mientras las centrales obreras no convocan a un paro nacional, a un plan de lucha: estamos enseñándole a luchar a la CGT y la CTA”.

¿Por qué no llaman a un paro? Para Pablo, de Jubilados Insurgentes, está claro: “No llaman a un paro general porque si no el gobierno este caería”.

Su análisis invierte la carga de fuerzas sobre la supuesta victoria de Bullrich en eventos represivos: “Es al revés. No pueden conseguir la plata, no pueden conseguir que los diputados de ellos voten lo que ellos dicen, entonces reprimen. Es un signo de debilidad”.

Pablo fue uno de los que estuvo el domingo pasado en la quinta de Olivos, mientras adentro se comían un asado Milei y los diputados opositores que votaron a favor de su veto contra el leve aumento jubilatorio. ¿Quién paga? “Lo pagan las grandes multinacionales, los bancos, y nosotros”.

Está enojado, pero se anima el chiste: “Hoy en el Día del Jubilado, ¿sabés las ganas de un asadito?”.

Después de un largo desfile de discursos de distintas organizaciones, en su mayoría de izquierda, Pablo de Jubilados Insurgentes se subirá al escenario y dirá estas palabras, que funcionan como broche para una jornada (más) de lucha:

“Esta lucha no termina en una campaña electoral. Nosotros necesitamos una lucha que nos junte a los de abajo y desde ahí formar un plan de lucha, no un plan electoral que proponga cosas que no se van a cumplir. Necesitamos juntarnos los que estamos luchando, no los que vienen a poner la cara acá para sacarse fotos. Esta es la Plaza de Nora Cortiñas: no la defraudemos. Luchemos”.

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